El arte y la música, una manera de acercar la belleza de la ciencia
La belleza de una supernova es imperceptible al ojo humano, pero el trabajo del fotoastrónomo puertorriqueño José Francisco Salgado no sólo acerca el cosmos, sino que lo convierte en una sinfonía que atrapa al espectador en nombre de la ciencia.
Salgado, astrónomo de profesión y entusiasta de las artes visuales, ha creado una serie de videomontajes, fotografías y películas sinfónicas con las que recorre Estados Unidos, Europa y América Latina "con la misión de comunicar ciencia a través del arte".
"El objetivo es despertar un interés para que (los asistentes) aprendan más sobre ciencia por sí mismos, que tomen un libro de ciencia cuando vuelvan a casa, que visiten el museo que tengan en su cuidad...", aseguró en entrevista con Efe.
Aficionado a la fotografía, comenzó a desarrollar materiales didácticos con sus propias imágenes para explicar los conceptos que impartía en una clase sobre astronomía para adultos en una universidad de Chicago.
"Estaba explicando el cielo nocturno, los observatorios antiguos, era una forma de mantenerles alerta, interesados en los conceptos" y de ahí surgió la idea de hacer algo que pudiera llegar a más público.
Salgado, que actualmente trabaja en el Planetario de Chicago, creó en 2010 la fundación kv265.org, con la que organiza eventos, charlas, conciertos, exhibiciones y distribuye material educativo "combinando ciencia y arte para llegar a un público mucho más amplio".
Uno de sus proyectos más populares son las películas sinfónicas. Acompañado de una orquesta en directo, Salgado explica brevemente al público los fenómenos que verán en una pantalla en la que parece que los astros se mueven al ritmo de la música.
Se trata de "usar las artes visuales como un anzuelo para llamar la atención del público y una vez que tengo su atención puedo comunicar algo de ciencia".
Entre los favoritos del público está el montaje que preparó para la suite de "Los Planetas" de Gustav Holst, pero también la película "Moonrise", dedicada a la fascinación del hombre con la Luna, con música del Maurice Ravel, y "Over the beautiful blue planet", a la que acompañan melodías de Johann Strauss.
Pero su enseñanza no es elitista, también realiza estos conciertos con escolares, que quedan fascinados por esas estrellas saltarinas que giran a gran velocidad alrededor del planeta y parecen danzar al compás de las notas.
"A los jóvenes les gustan los aparatos electrónicos, si presentas el material científico de esta manera, si les presentas las posibilidades de que no sólo existe la ciencia pura y dura, sino que también abarca otros campos como la tecnología, la fotografía, editar películas, puedes llegar a más jóvenes".
Salgado aboga por el trabajo multidisciplinario y les inculca que si les gustan varias disciplinas no se centren sólo en una cosa, sino que pueden encontrar formas de combinarlas.
Él lo tuvo claro y desde pequeño siempre quiso ser astrónomo: "En tercer grado encontré un libro sobre el primer hombre en la Luna y me fascinó y nunca cambié de opinión".
En la adolescencia comenzó con la fotografía y posteriormente despertó su interés por la música. Toca el bajo eléctrico y confiesa que sus años universitarios tuvo una banda de rock.
En 2010 se asoció con Tom Bailey, quien fue líder de la banda Thompson Twins, y puso música más pop a un proyecto multimedia que tiene como tema de fondo el mundo de la física bajo el título "Sidereal Motion".
En un futuro le gustaría más colaborar con Latinoamérica cuando la fundación se consolide, para llegar a más niños y "despertar el interés de la gente en aprender en diferentes disciplinas".
Las sinfonías espaciales de Salgado además de recorrer todo el pías también han viajado a Canadá, Chile, Italia, y España, donde espera volver la próxima primavera a la localidad de Valencia.
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