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martes, 3 de enero de 2012

Hay bebidas y alimentos que manchan los dientes y otros que ayudan a lucir una linda sonrisa. ¡Entérate cuáles son!

Posted by luninis 9:13, under ,,, | No comments

Hay bebidas y alimentos que manchan los dientes y otros que ayudan a lucir una linda sonrisa. ¡Entérate cuáles son!




Si te has hecho un tratamiento para blanquear los dientes, ya sea con un especialista o con un equipo (kit) para tratamiento casero, seguramente querrás mantenerlos blancos y relucientes para que tu sonrisa brille. Aquí te contamos qué alimentos pueden ayudarte en esta tarea y cuáles debes evitar.

El blanqueamiento de los dientes es una muy buena inversión: cuando se termina el tratamiento, ya sea en la consulta del dentista, o con un procedimiento sin receta que se puede realizar en la comodidad del hogar, las personas pueden sonreír y mostrar con confianza unos dientes más bonitos. Pero, según los especialistas del Departamento de Odontología Bautista de Wake Forest, Estados Unidos, estas personas también se preocupan por mantenerlos blancos y relucientes mucho más tiempo. El saber qué alimentos o bebidas contribuyen a manchar el esmalte del diente y cuáles a protegerlo es fundamental. Mira cuáles son.

Los alimentos y bebidas que manchan los dientes:

-El café es uno de los grandes culpables a la hora de manchar el esmalte. Y como la mayoría de las personas toma varias tazas al día, el efecto se multiplica. La nicotina que contienen los cigarrillos que con frecuencia se asocian al consumo de café, es otra de las principales causas de las manchas de los dientes. ¿Quieres conservarlos bien blancos? Deja de fumar y reduce el consumo de café.
-El consumo de té en todas sus variedades contribuye también a darle un tono amarillento a la dentadura.
-El vino, especialmente el vino tinto. Modera su consumo.
-Gaseosas, refrescos y sodas. Como también contienen azúcar, además de las manchas aumentan el riesgo de que aparezcan caries. Sustitúyelos por agua.
-Salsas, como la salsa de soya.
-Frutas de color oscuro, como las moras.

Lo ideal es evitar en lo posible las bebidas y alimentos anteriores, pero puedes contrarrestar los efectos manteniendo una buena higiene bucal y usando una pasta de dientes blanqueadora y un enjuague bucal.

Los alimentos que benefician tu sonrisa:

-Las frutas y verduras de textura dura y fibrosa, especialmente las manzanas, las judías verdes (ejotes), la coliflor, las zanahorias y el apio contribuyen a limpiar -los dientes mientras se mastican. Además, fomentan el flujo de saliva, que neutraliza los ácidos y protege los dientes.
Los productos lácteos, sobre todo los ricos en calcio y los quesos, también ayudan a mantener los dientes blancos. El ácido láctico que contienen aumenta la salivación, y ésta, a su vez, ayuda a prevenir la aparición de las caries.

Los especialistas recomiendan consumir estos alimentos y evitar los que pueden manchar tus dientes para prolongar y mantener los resultados del blanqueamiento bucal. Ellos advierten tratar de espaciar los blanqueamientos lo más posible. Si se realizan con demasiada frecuencia pueden causar sensibilidad en los dientes y hasta erosionar el esmalte dental.

El esmalte dental es la capa más superficial del diente y constituye el tejido más duro de todo el cuerpo, ya que debe soportar la presión de la masticación y proteger a las capas más blandas del diente de las bacterias nocivas y de los cambios de temperatura de los alimentos fríos y calientes. Cuando el esmalte se desgasta y se hace más fino, empieza a verse la capa que se encuentra por debajo del esmalte, la dentina, que tiene un color amarillo. Esta es la razón por la que con el tiempo la dentadura empieza a tomar un tono amarillento (independientemente de otros factores, como las manchas provocadas por el tabaco).

Protege tu esmalte, su color y la belleza de tu sonrisa desde ahora mismo. Comienza a modificar ciertos hábitos de tu alimentación y a mantener una rigurosa higiene bucal para lucir unos dientes siempre blancos y relucientes.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿Por qué se manchan los dientes?

¿Por qué se manchan los dientes?





Blancos, relucientes y parejos: así son los dientes de esas sonrisas perfectas que admiramos en las modelos y en los artistas, en las revistas y en las películas, pero que vemos muy poco en la vida real. Cuando brotan los dientes definitivos, por lo general vienen protegidos por un esmalte blanco y nítido. ¿Qué le sucede con el tiempo a ese esmalte que va perdiendo su brillo y tornándose amarillento? Y lo más importante, ¿qué podemos hacer para evitar que se manchen los dientes? Entérate aquí.

La sonrisa ideal tiene como ingrediente fundamental dientes blancos, parejos y relucientes. En eso hay mucha gente que está de acuerdo. También coincide la gente en que una bonita sonrisa juega un papel mucho más allá de lo estético. Así lo confirma una encuesta de la Academia Americana de Odontología Cosmética (AACD por sus siglas en inglés). Mira los resultados:

-Más del 92% de los adultos estadounidenses entrevistados coincide en que una sonrisa bonita es un recurso social importante.
-Un 88% admite recordar a alguien con una sonrisa bonita.
-El 85% admite que una sonrisa poco atractiva no atrae al sexo opuesto y el 74% agrega que le resta oportunidades a la persona a nivel profesional.
-Solamente un 50% de los encuestados está satisfecho con su sonrisa. Y gran parte del descontento son los dientes manchados o con decoloraciones del esmalte.

Entendiendo la estructura del diente

Los dientes están formados por cuatro tipos de tejido que se van superponiendo en capas: pulpa, dentina, esmalte y cemento dental. La porción interna y más profunda del diente se llama pulpa. Es de textura blanda y consiste en el tejido conjuntivo, los nervios y los vasos sanguíneos que “alimentan” al diente. La pulpa tiene dos partes: la cámara de la pulpa (la parte superior que vemos o corona) y la base que sostiene al diente en la encía, o la raíz. Por debajo del nivel de las encías, una capa ósea (de hueso) llamada cemento dental, cubre el exterior de la raíz y sostiene al diente en su sitio dentro de la mandíbula. Por encima de la pulpa, se sitúa la dentina, una sustancia amarilla que constituye la mayor parte del diente (es precisamente la dentina la que le da a los dientes con el tiempo esa típica coloración amarillenta). La capa más superficial es el esmalte, el tejido más duro de todo el cuerpo ya que debe soportar la presión de la masticación y proteger a las capas más blandas del diente de las bacterias nocivas y de los cambios de temperatura de los alimentos fríos y calientes, sin duda un trabajo duro y de mucha responsabilidad.

Lo que le pasa al esmalte

Cuando brotan los dientes definitivos (permanentes) la mayoría de las personas estrena un esmalte blanco como la porcelana. Pero con el transcurso del tiempo ese esmalte va cambiando y perdiendo el lustre original debido a la función que cumple: debe soportar los efectos de masticar los alimentos, el del roce o crujido de unos dientes contra otros, los efectos de traumas, golpes o presión en los dientes (usarlos para cortar y abrir objetos como si fueran herramientas), así como el ataque de los ácidos causados por el azúcar. No en balde, con el pasar de los años el esmalte blanco se va desgastando y haciéndose más transparente, lo que permite que se vea el color de la capa subyacente: la dentina. Con el uso diario de los dientes, la dentina se mantiene intacta, pero no así la superficie del esmalte, que se desgasta y se cuartea. Es dentro de estas cuarteaduras microscópicas que se van acumulando las manchas y los detritos (los restos muy pequeños de basura).

Los tipos de manchas del esmalte

Las manchas que aparecen en la superficie del diente se llaman manchas extrínsecas, y se producen como resultado de consumir bebidas y alimentos coloreados, fumar y el desgaste diario. Las manchas extrínsecas más superficiales se pueden eliminar con el cepillado y una pasta blanqueadora. Las más resistentes, requieren un mayor esfuerzo, como un tratamiento de blanqueamiento en la consulta del dentista. Si no se eliminan adecuadamente, las manchas pueden penetrar totalmente el esmalte, pasar a la dentina e incrustarse allí.

Cuando las manchas se forman en la parte interna del diente se llaman manchas intrínsecas que se originan por traumas (golpes, accidentes), por envejecimiento, exposición a sustancias o medicamentos como la tetraciclina durante la formación del diente, o a una ingestión excesiva de fluoruro (flúor). En el pasado, se consideraba que no era posible corregir las manchas de este tipo, pero en la actualidad los expertos en odontología cosmética cuentan con diferentes tratamientos para mejorarlas.

Estas son las causas más comunes de las manchas de los dientes:

-Edad: hay una correlación directa entre la edad y la coloración del diente. Con los años, el esmalte se oscurece debido al uso y al desgaste diario y continuo, así como a la acumulación de las manchas. Los adolescentes que reciben tratamientos de blanqueamiento obtienen resultados inmediatos y dramáticos. En los 20, ya los dientes comienzan a mostrar una sombra amarillenta y el blanqueamiento requiere un poco más de esfuerzo. Ya a los 40, la sombra amarillenta va tornándose más parda (carmelita o café) y se requiere más mantenimiento para mantener una sonrisa blanca. A partir de los 50, los dientes han absorbido una diversidad de manchas persistentes que se vuelven más difíciles de quitar.
-Genética: cada persona nace con un tono de esmalte particular, más claro o más oscuro. Otras tienen un esmalte más opaco o más traslúcido. Las personas con esmaltes más opacos y gruesos tiene una ligera ventaja sobre las demás: sus dientes parecen más claros y brillantes y responden mejor al blanqueamiento. Los dientes más delgados y más transparentes – más notable en los dientes frontales- tienen menos cantidad del pigmento necesario para el blanqueamiento.
-Bebidas y alimentos: el consumo habitual de café, cola, vino tinto, té, zanahorias, naranjas y otras bebidas y alimentos de color intenso, pueden ir manchando los dientes con el paso de los años. Más aún: los alimentos ácidos como las frutas cítricas y el vinagre pueden erosionar el esmalte. Como resultado, éste se torna más transparente y deja ver la dentina amarillenta que queda debajo.
El hábito de fumar o mascar tabaco: la nicotina va depositando residuos de color café que se van adhiriendo a la estructura del diente y causan una mancha intrínseca.
-Químicos y medicamentos: el consumo de antibióticos como la tetraciclina y la doxiciclina mientras se forman los dientes (antes de los 8 años de edad), puede producir manchas grisáceas o de color café, difíciles de quitar. Los enjuagues bucales que contienen clorexidina, los antihistamínicos como el Benadryl, los medicamentos anti psicóticos y para la hipertensión también pueden decolorar los dientes.
-Rechinar de dientes: el bruxismo, por lo general asociado al estrés, añade más cuarteaduras al esmalte y causa que los bordes cortantes se oscurezcan.
Malos hábitos de higiene dental: el no cepillado frecuentemente los dientes o el hacerlo mal, si no se elimina la placa dental, también puede causar la decoloración de los dientes.
-Exceso de flúor: ya sea por el medio ambiente, a través del agua del grifo, o el uso excesivo de enjuagues, pastas dentales y suplementos de fluoruro.
-Materiales dentales: algunos tipos de amalgamas, especialmente las que contienen sulfuro de plata, pueden darle una sombra grisácea al esmalte.
-Tratamientos: la radiación y la quimioterapia para el cuello y la cabeza también pueden causar decoloración de los dientes.
-Trauma: los daños causados por caídas o impactos pueden interrumpir la formación del esmalte en los niños pequeños cuyos dientes estén en formación. Los traumas también pueden ocasionar decoloraciones y manchas en los adultos.

¿Cómo se evitan las manchas en los dientes?

Hay diferentes maneras y la más sencilla es hacer ajustes y cambios en el estilo de vida.

-El más urgente es dejar de fumar.
-También puedes reducir o eliminar el café, el té y las bebidas con cola.
-Mejora tu higiene bucal, cepillando y usando a diario el hilo dental.
-Visita al dentista para una limpieza cada seis meses.
-Evita alimentos que puedan mancharte los dientes.
-Usa una pasta dental blanqueadora.
-No uses los dientes para abrir o partir objetos. Usa la herramienta adecuada, nunca la dentadura, ya que puede quebrarse.

Si no te gusta el color que han ido tomando los dientes y quieres blanquear tu sonrisa, hay varios tratamientos disponibles para hacerlo. tanto de venta libre, como los que utiliza tu dentista. Como siempre, si tienes dudas o si utilizas alguno de ellos y te causa alguna molestia o no te funciona, lo mejor es consultar a tu odontólogo (dentista). Y, desde luego siempre vale la pena que empieces a reducir los factores que puedan manchar tus dientes para que puedas mostrarlos con confianza siempre que sonrías.

sábado, 5 de noviembre de 2011

La salud oral empieza en la infancia

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La salud oral empieza en la infancia





Los dientes de leche son tan importantes como los definitivos. Cada parte del cuerpo tiene una función en particular y la boca no es una excepción. Cada componente en ella tiene una razón de ser y ayuda, por ejemplo, a participar en el habla y la digestión. Así, los dientes son una de las piezas principales para el buen desarrollo de esos procesos, por eso es importante cuidarlos desde el nacimiento.

Camila siempre fue una niñita muy consentida. Cada vez que lloraba, su mamá le daba algún dulce para que dejara de hacerlo, y si no quería irse a dormir, el modo en que lo lograba era preparándole algo sabroso para que tomara con el biberón.

Cuando le aparecieron las primeras caries a Camila, todavía era muy pequeña, pero su mamá no le dio importancia. Y cuando una amiga se atemorizó al ver los dientes de la niña, su mamá le respondió muy tranquila: “No importa, si total son los dientes de leche, los va a cambiar”.

¡No hay nada más erróneo! La salud oral empieza en la infancia. Esto es, prácticamente desde que el bebé llega a este mundo. Al nacer, el primer grupo de dientes ya está casi completamente formado, y aunque al principio no se vean, ya que están “escondidos” debajo de las encías.

Esos primeros dientes serán los llamados dientes primarios o dientes de leche, y cuando el niño llegue a los cinco o seis años de edad, comenzarán a caerse para darle paso a los dientes definitivos. Por eso, entre los cinco y los trece años, conviven en la boca de los niños ambos tipos de dientes, hasta que ya no quede ninguno de leche.

Esos dientes son muy importantes porque le permitirán -al bebé primero y al niño después- masticar la comida y alimentarse bien, tener una bonita sonrisa y una apariencia normal en el rostro, y aprender a hablar y pronunciar las palabras correctamente.

Además, los dientes de leche son los que guardan el espacio para que luego crezcan los dientes definitivos fuertes y sanos, y permiten que estos últimos tengan una aparición o brote saludable, a su debido momento. Por ejemplo, si un diente de leche tiene caries (que pueden ser provocadas por los dulces y las bebidas azucaradas), entonces pueden caerse y dejar un espacio vacío que puede cerrarse. Entonces el niño necesitará un aparato especial para que eso no ocurra y se mantenga el lugar para el diente definitivo que tiene que aparecer y crecer más adelante.

Y ése no es el único inconveniente. Aunque no se caiga, un diente con caries puede generar lesiones en el que lo sustituirá, que cuando llegue el momento puede aparecer con manchas o debilitado, por ejemplo.

Otro de los problemas frecuentes que pueden tener los niños en la boca es provocado por el chupete o por chuparse el dedo. Este hábito es normal hasta los dos años y puede extenderse un poco, pero si luego de los cinco años de edad el niño no modifica esta conducta, entonces deberías buscar ayuda ya que puede provocarle serios inconvenientes en el desarrollo normal de los dientes y de la boca en general.

Algo similar ocurre al tragar. Algunos niños empujan los dientes con la lengua cuando tragan y hacerlo repetidamente, los van corriendo lentamente de su lugar. Esto puede provocarles problemas para morder que luego son más difíciles de corregir. Si notas que a tu niño le pasa esto, lo mejor es consultar con algún fonoaudiólogo, que es el especialista en problemas del habla, para que ayude a tu niño a corregir estos errores y aprenda a colocar bien la lengua.

La lengua y cada uno de los dientes tienen una función especial en la boca, que ayuda tanto al habla como a la digestión. Por eso es importante cuidar la salud bucal de los niños desde la primera infancia. Y para que puedas comenzar ahora mismo, algunos cuidados sencillos que puedes tener con tus niños incluyen:

-Límpiales los dientes de leche cada día. Al principio, cuando son más pequeños hazlo frotándolos suavemente con una toallita de baño limpia y húmeda, y luego, cuando los dientes de leche ya estén más grandes, usa un cepillo de dientes para niños.
-Si tu niño tiene menos de dos años de edad, no uses crema dental para su higiene bucal; en vez de eso, usa sólo agua.
-No dejes que los niños se queden dormidos con el biberón en la boca, ya que puede provocar lo que se conoce como “caries de biberón”.
-Anima a los niños mayores a comer bocadillos con poca azúcar, como frutas, queso y verduras, y evita darles dulces pegajosos y gomosos.
-Enséñales cómo cepillarse los dientes y la importancia de mantenerlos limpios.

Y no te olvides de llevarlos al odontólogo (el dentista) con frecuencia, tal como deberías hacerlo tú. No esperes a que sean “más grandes” ya que los cuidados deben practicarse desde que son bebés. La mayoría de los dentistas pediátricos está de acuerdo en que el cuidado dental periódico debe comenzar al año de edad, con una revisión dental dos veces al año para la mayoría de los niños, aunque algunos niños podrían necesitar evaluaciones y cuidado más frecuentes. ¿Ya tienes programada la próxima visita?

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