Hay condiciones del cuerpo que avergüenzan a los hombres… ¿hay alguna que te preocupe a ti?
Todos tenemos — o creemos tener — puntos flacos, defectos que nos parecen enormes y nos avergüenzan ante los demás, justificadamente o no. Los varones no son la excepción. Entre las cosas que les avergüenzan a los hombres de su cuerpo están: un abdomen pronunciado, falta de cabello, mal olor, brote de vello en lugares que no quisieran y hasta problemas en la piel. ¿Creías que eras el único? Pues no, y lo mejor de todo es que muchas de estas condiciones tienen alivio y solución. No te quedes con los brazos cruzados: ¡Haz algo para mejorarlas!
¿Tú crees que la pancita es algo que sólo esconden las mujeres? El abdomen protuberante no discrimina entre los sexos. Los hombres, específicamente, suelen desarrollar lo que muchos llaman “panza cervecera” o “panza de cervecero” o “panza de cerveza” que acompleja a muchos. La “pancita de cerveza”, en realidad, no tiene nada que ver con el consumo de esa deliciosa bebida alcohólica que se hace a base de la malta de la cebada. Los hombres tienden a acumular grasas y exceso de peso alrededor de la cintura en mucha más proporción que las mujeres. El problema de esta acumulación en el abdomen es que se asocia a un mayor riesgo de sufrir enfermedades del corazón, diabetes y algunos tipos de cáncer. Lo bueno es que es una condición que se supera fácilmente: basta con que realices cambios en tu dieta y que hagas ejercicio tres veces a la semana. Con seguridad, los primeros kilos o libras que vas a perder serán los que “decoran” tu abdomen. Declárales la guerra y no bajes la guardia hasta que ganes la batalla.
¿Qué éste no es tu caso? Pues no te apresures, no es lo único que puede avergonzar a un hombre. Otra preocupación común es el crecimiento excesivo de vellos en áreas como el pecho y la espalda. La solución puede ser la depilación y/o la reducción del vello con rayo láser que te da resultados permanentes. Hay otros métodos menos costosos, como la depilación con cera o con cremas y la siempre socorrida maquinilla de rasurar. Ten cuidado de que el método que escojas no te irrite demasiado la piel. Usa una crema humectante para protegerla después del tratamiento.
En el extremo opuesto del exceso de vello, está la escasez del cabello. Muchos hombres experimentan un debilitamiento del cabello alrededor de los 35 años y una escasez marcada a partir de los 50. Hay muchas alternativas contra la pérdida del cabello, consulta con un dermatólogo para que te recomiende el tratamiento más adecuado para ti.
Por su parte, el rasurado diario de la cara también puede generar inconvenientes y molestias si algún cabello crece en el sentido opuesto al normal, hacia adentro del folículo, ocasionando esos dolorosos bultitos rojos que te afean el rostro. Son más frecuentes en los hombres de piel oscura y de cabello crespo. Para evitarlos, prueba lavarte la cara con agua caliente antes de afeitarte. Al pasarte la máquina recuerda seguir el sentido del crecimiento del pelo y al finalizar, no te olvides de aplicarte alguna crema hidratante. Si lo que te molesta son las cejas muy tupidas y casi unidas en el centro, puedes utilizar algún método de depilación definitiva como la electrólisis, o eliminar los vellos sobrantes con cera, pero si usas la cera deberás repetir el tratamiento en 4 o 6 semanas.
¿Has encontrado alguna de las situaciones que a ti también te gustaría evitar? Quizás la que te preocupa o te molesta más esté entre las siguientes:
-Sudar demasiado, no sólo por calor sino también por estrés y por nerviosismo. Es normal que los hombres suden más que las mujeres pero cuando es excesivo, atraviesa la ropa y ocurre continuamente, es posible que se trate de una condición denominada hiperhidrosis. Ten en cuenta que existen tratamientos para combatir esa situación. Consulta a un especialista para que te oriente.
-Olor corporal y mal aliento: independientemente de cuánto sudes, el cuerpo genera olores continuamente. A veces, estos pueden ser fuertes y muchos hombres no saben cómo controlarlos. Eliminar los picantes de las comidas, así como el ajo y la cebolla, pueden ser de gran ayuda, al igual que buenos hábitos de higiene corporal, usar ropa de algodón (medias y ropa interior) y nunca usar ropa que usaste previamente sin que se haya lavado o haya ido a la tintorería si es de tintorería. El mal aliento también es provocado por una bacteria y puedes combatirlo higienizando bien la boca (al cepillar tus dientes, no te olvides de la lengua y el hilo dental). Pero puede deberse a muchos otros factores como fumar, enfermedades de las encías o como efecto secundario de medicamentos. Si a pesar de tus cuidados aún así es persistente, puede ser un signo de que hay algún otro problema en el sistema digestivo, no dejes de consultarlo con un especialista
-Roncar: es un clásico que genera risas y aparece hasta en las películas. Por gracioso que pueda parecer o molesto que pueda resultar para quien comparta la habitación o la cama con una persona que ronca, es importante descartar que no exista una condición denominada apnea del sueño, que hace que la persona deje de respirar por unos segundos mientras duerme. Esto puede ser peligroso y debe ser tratado. Consulta con un especialista si te preocupa este tema.
Quizás la condición más preocupante de todas es sufrir algún tipo de disfunción sexual, ya sea temporal o permanente. Un tercio de la población masculina sufre de algún tipo de disfunción sexual, ya sea la reducción de la libido, la eyaculación precoz o dificultad con la erección. La edad, el estrés, fumar, problemas circulatorios, ciertas condiciones como la diabetes… todo eso puede contribuir al problema. No esperes a que se empeore más y busca ayuda de tu médico de cabecera o de un urólogo. Con el tratamiento adecuado tu vida sexual y tu autoestima puede mejorar. Además, la disfunción sexual puede ser el primer síntoma de un problema médico.
Como ves, la lista es larga y podría continuar. Lo importante es que recuerdes que muchas de estas condiciones pueden tener un tratamiento para disminuirlas o eliminarlas, y a veces, conviene buscar la solución cuanto antes para que no causen problemas de salud mayores.
Si algo te preocupa, consúltalo con tu médico para que pueda indicarte qué hacer, según tu caso en particular. ¡Anímate! Ya ves que no eres el único y que no estás solo en esta lucha contra esas situaciones que tanto te incomodan y, aunque no sean médicas, si las solucionas te sentirás mejor.