Luis von Ahn, un joven que dejó Guatemala con la ilusión de estudiar Matemáticas en EU y terminó revolucionando la informática con algunos de sus proyectos, se dispone ahora a traducir contenidos de internet a todos los idiomas para acercar la red a todo el mundo
Luis von Ahn, un joven que dejó Guatemala con la ilusión de estudiar Matemáticas en EU y terminó revolucionando la informática con algunos de sus proyectos, se dispone ahora a traducir contenidos de internet a todos los idiomas para acercar la red a todo el mundo.
Parece una idea babilónica, más aún cuando pretende que sean los propios usuarios quienes lo hagan, pero la solución fue "transformar la traducción en algo que millones de personas quieren hacer, y es aprender un nuevo lenguaje", dijo Von Ahn en entrevista con Efe.
"Pensamos que tal vez lo podíamos hacer con computadora pero vimos que no, que por ahora la traducción es muy mala y necesitamos humanos", señaló Von Ahn, licenciado en Ciencias Informáticas por la Universidad de Duke (Carolina del Norte) y doctor por la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh (Pensilvania), donde imparte clase.
Así nació duolingo.com, una plataforma en la que cualquiera puede aprender un idioma gratuitamente traduciendo oraciones de internet, primero sencillas y luego más complejas según se avanza de nivel, al tiempo que contribuye a traducir textos de la red.
El truco es que cada usuario recibe tres frases de un mismo párrafo, que a su vez reciben otros estudiantes de todo el mundo. El programa combina las respuestas y el que coincide más veces se entiende que es el más acertado.
"Las traducciones no son perfectas pero hemos comprobado que son muy, muy buenas", aseguró Von Ahn, cuyo objetivo es acercar al mayor número de personas posible los contenidos de internet, ya que la mayoría están en inglés.
Aunque ya existen en el mercado muchos métodos para aprender idiomas, "cuestan mucho dinero, algunos hasta 500 dólares y eso para alguien en Latinoamérica es una gran cantidad de dinero", explica el profesor, que recuerda que en esa región en general no se aprende inglés por hobby sino para ganar más dinero.
La página ha comenzado con español, inglés, y alemán pero prevén ampliarlo en breve a francés, italiano y chino. Más adelante quieren cubrir los 15 principales idiomas del mundo.
Von Ahn recuerda que llegó a Estados Unidos en 1996, con 17 años recién cumplidos y la ilusión de ingresar en la Universidad para estudiar Matemáticas, una carrera que no existía en Guatemala. Sin embargo, se sintió atraído por la informática "un campo más nuevo, más dinámico, que cambia más cada día".
Desde ahí desarrolló su concepto de "informática humana", centrado en diseñar programas que combinen la inteligencia de los hombres y de los ordenadores para resolver tareas que ninguno de los dos puede resolver por sí mismo.
Un ejemplo es Captcha, una aplicación de seguridad informática que utiliza letras y números distorsionados que el usuario tiene que escribir correctamente en una casilla en blanco y que incorporan muchas páginas webs para bloquear los correo basura generados automáticamente y los ataques en la red.
Pero su inquietud le llevó a crear una segunda versión, reCAPTCHA, que fue comprada por Google, con la que ha ayudado a digitalizar libros y periódicos.
A sus 33 años, ya ha sido nombrado el intelectual latinoamericano más influyente por la revista Foreign Policy, en 2001; el año pasado fue incluido en la lista de las cien personas más creativas en los negocios. Incluso el actor Ashton Kutcher, exmarido de Demi Moore, se ha interesado por su trabajo y ha enviado a través de su cuenta de twitter un enlace a un vídeo de una conferencia de Von Ahn.
Después de años de estudio, vive esta fama repentina "con orgullo y en especial mucho orgullo para Guatemala, porque es un país pequeño con poco recursos", y confiesa que cuando termine de trabajar en este proyecto, en un plazo de dos años, le gustaría "hacer algo específicamente para Guatemala y Latinoamérica".
Entiende que es difícil invertir en ciencia "cuando no hay suficiente dinero para comer" pero compara casos como el de India como muestra del éxito para tener una "elite científica" que impulse la economía.
"Si seguimos en este método del 'vamos a ver cómo arreglamos lo del día de hoy' vamos a seguir así toda la vida. La tecnología es para el futuro", aseguró.